sábado, 18 de mayo de 2013

CRISIS CONVULSIVAS GENERADAS POR FIEBRE



CRISIS FEBRILES.
Las crisis febriles son convulsiones que se presentan UNICAMENTE  cuando el paciente tiene temperatura elevada, si el paciente no tiene fiebre, no se generará ninguna convulsión.
Es importante indicar que fiebre se considera a partir de una temperatura igual o mayor a 38 grados centígrados. En realidad no hay un valor de temperatura a partir del cual un niño pueda presentar crisis convulsivas, no podemos indicar que todos los niños a partir de 39 grados van a convulsionar ya que habrá quienes con 38 grados centígrados estén en riesgo de presentar convulsiones y habrá quienes lleguen a una temperatura de 40 grados sin presentar complicaciones.
Existe una estrecha relación hereditaria en las crisis de tipo febril, es común que alguno de los padres o familiares cercanos haya presentado este tipo de crisis.
Las crisis febriles pueden iniciar a partir de los 6 meses de edad, y en promedio dejan de presentarse a los 6 años de edad.
La forma mas frecuente de convulsionar es de tipo Tónico Clónico Generalizada, la cual se caracteriza porque el paciente tiene una pérdida del estado de alerta, se desmaya, pone el cuerpo rígido y después presenta sacudidas de todo el cuerpo. Otros datos agregados que frecuentemente se observan son la presencia de sialorrea (salivación en exceso), pérdida de control de esfínteres (orinar o defecar), supraversión ocular (ojos en blanco). Las crisis de este tipo en general duran unos cuantos minutos, al término de esta el paciente puede estar somnoliento, en este caso, no hay ninguna complicación en dejarlo dormir.
Podemos clasificar estas crisis en dos tipos:
Simples: se presenta únicamente un evento convulsivo en 24 horas, y la duración de la convulsión es menor a 15 minutos.
Complejas: se presentan 2 o mas convulsiones en las primeras 24 horas y/o la duración de la convulsión es mayor a 15 minutos.
Manejo:
Es fundamental el buen control de la fiebre, si el niño presenta un cuadro infeccioso debemos tener una vigilancia estrecha, ya que cualquier aumento en la temperatura puede condicionar una convulsión.
Una de las mejores formas de bajar la temperatura es con un baño de agua tibia (con tendencia a fría) y no sacar del agua hasta estar seguros de que la temperatura es menor a 37.5 grados centígrados.
En niños pequeños una buena opción es el uso de supositorios de antipiréticos.
Una vez que el paciente ha presentado una convulsión generada por temperatura es importante acudir a consulta con su pediatra o con el neurólogo pediatra quienes determinaran la necesidad de hacer un estudio de electroencefalograma y en dado caso iniciar tratamiento con algún medicamento antiepiléptico.
El pronóstico de las crisis febriles es en general bueno, siempre y cuando se sigan las indicaciones medicas y se de un manejo oportuno y especializado.

domingo, 12 de mayo de 2013

NEURÓLOGO – NEUROCIRUJANO – NEURÓLOGO PEDIATRA.


NEURÓLOGO – NEUROCIRUJANO – NEURÓLOGO PEDIATRA.

La atención neurológica en nuestro país es llevada por tres diferentes especialistas, en este articulo, quiero hacer mención de las características de cada una de estas especialidades y del enfoque que llevan, con el fin de poder decidir con qué tipo de especialista debemos acudir.

NEURÓLOGO
El Neurólogo es un medico que ha realizado los siguientes estudios:
Un entrenamiento en la especialidad de Medicina Interna que va de dos a cuatro años, (enfocada al 100% en el manejo de adultos y gente de la tercera edad) al terminar este periodo inician la especialidad de Neurología de adultos.
Los estudios de Neurología de adultos tienen  un duración de tres años, y nuevamente el enfoque es hacia los pacientes de edad adulta y en pacientes de la tercera edad.
Algunas de las patologías más comunes que ven estos especialistas son:
Epilepsia, Alzheimer,  eventos vasculares cerebrales (derrame cerebral), Parkinson, migrañas, etc.

 NEUROCIRUJANO
El Neurocirujano es un medico que realizo los siguientes estudios:
Un periodo que va de 2 a 4 años en la especialidad de Cirugía General, al término de este entrenamiento, realizan la especialidad de Neurocirugía, la cual tiene una duración de 4 años más.
El enfoque de esta especialidad es quirúrgico, son médicos que se dedican a operar el cerebro, por lo tanto algunas de las enfermedad que ellos manejan son tumores cerebrales, problemas de mielo meningocele, traumatismos cráneo encefálicos, problemas de columna, , eventos vasculares cerebrales, o también llamados derrames cerebrales.
 Este tipo de especialidad atiende principalmente a adultos y pacientes de la tercera edad, pueden atender niños que necesiten un manejo quirúrgico por un tumor, un sangrado a nivel cerebral, o la presencia de mielo meningocele entre otras.

NEURÓLOGO PEDIATRA 
El Neurólogo Pediatra ha realizado los siguientes estudios.
Tiene la especialidad de pediatría, la cual dura 3 años, después de esto realiza 2 años de entrenamiento en la subespecialidad de neurología pediátrica, donde el enfoque es 100% hacia los niños, desde recién nacidos hasta los 18 años de edad.
No es un medico capacitado para ver adultos, ya que desde que termina sus estudios como médico general, no vuelve a tener contacto con adultos.
El médico Neurólogo Pediatra no realiza cirugías, su entrenamiento no es quirúrgico.
Algunos de los problemas que más frecuentemente atiende son:
Epilepsia, problemas de aprendizaje, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, autismo, migrañas entre otras.

Es fundamental contemplar que tipo de atención se necesita,  ya que aunque las tres especialidades se basan en enfermedades cerebrales, cada una de estas tiene un enfoque diferente tanto en el tipo de problema (quirúrgico o no) así como en la edad de atención (edad pediátrica – menores de 18 años- o adultos).
El acudir con el especialista adecuado para el tipo de problema que se tiene, y en base a  la edad del paciente, determinara el buen manejo y el éxito en el tratamiento.

jueves, 9 de mayo de 2013

PROBLEMAS DE APRENDIZAJE




Los problemas de aprendizaje afectan a 1 de cada 10 niños en edad escolar. Sin embargo no siempre reciben atención o no se les brinda a tiempo. Aunque dichos problemas pueden empezar a detectarse desde la edad preescolar, alrededor de los 5 años, un error común es esperar que el niño logre por sí mismo adquirir las habilidades y destrezas esperadas para su edad y grado escolar.
Incluso las actuales políticas educativas del país, en donde ya no se permite que los niños repitan año, dificultan la atención temprana de estas dificultades en el aprendizaje, lo que ocasiona que los niños avancen en grado escolar  pero a su vez se incrementen sus problemas para aprender.
Lo más preocupante es que los problemas de aprendizaje no sólo afectan al rendimiento escolar, sino también impactan el desarrollo emocional y social de los niños, quienes empiezan a tener bajar autoestima, desconfianza en sus capacidades, aversión a la escuela y a las tareas de tipo escolar, e incluso afectan las relaciones entre padres e hijos cuando el niño percibe una alta exigencia por parte de sus padres y no logra, por más que lo intente, mejorar su desempeño, o porque a veces los padres piensan que su hijo solo es flojo, sin considerar que puede haber otras causas para su bajo rendimiento escolar.
Generalmente los problemas de aprendizaje se presentan a pesar de tener rendimiento intelectual  normal. 


La evaluación mediante pruebas realizadas por un profesional capacitado puede ayudar a identificar un problema de aprendizaje a tiempo y  diseñar estrategias de intervención adecuadas a las necesidades de cada niño.
Si su hijo:
-Tiene dificultad para captar y procesar la información que se le da
-Se le dificulta llevar a cabo una tarea que aparentemente ya había comprendido
-Se le dificulta recordar una información reciente
- Presenta dificultad para leer, comprender lo que lee,  deletrear y/o escribir
-Se le dificultan las operaciones matemáticas
-Lee o escribe invirtiendo letras y números
- Extravía su material escolar y otros objetos con frecuencia
-Tiene dificultad para seguir instrucciones
Puede estar presentando un problema de aprendizaje que necesita ser atendido.

No dejes que tu hijo crezca con estas dificultades, ayúdalo a superarlas con el apoyo profesional adecuado. 



miércoles, 1 de mayo de 2013

CARDIOPATIAS CONGENITAS


Las cardiopatías congénitas….. ¿Se heredan?

Las malformaciones cardiacas, son la alteración del desarrollo más común y son la tercera causa de mortalidad en niños menores de un año de edad en México.
Se calcula que de 4 a 10 por cada 1, 000 recién nacidos, tienen una malformación cardíaca; de las cuales solo el 40% se diagnostican durante el primer año de vida.
A pesar de que han habido grandes avances en cuanto al diagnóstico y manejo de estas alteraciones, no se ha logrado conocer por completo lo que las origina. Hay muchos factores que se han relacionado con su presencia, dentro de las principales causas son las ambientales, pero en épocas recientes se ha visto que la genética también juega un papel muy importante; ya que se ha visto que en algunas familias, existe más de una persona con alguna malformación congénita y es en estos casos, cuando nos entra la duda si se heredan o no.

Hay diferentes causas de malformaciones cardiacas congénitas:
* Alteraciones cromosómicas
* Enfermedades genéticas con herencia bien establecida
* Herencia Multifactorial
Sería muy extenso platicar a detalle cada una de las causas, por lo que me enfocaré en las causas multifactoriales, que contribuyen en un 80-85%. En este tipo de herencia hay dos grandes factores que juegan un papel muy importante en la presencia o no de enfermedad, por un lado se encuentra la herencia, que es toda la información que se transmite de padres a hijos y por el otro se encuentra el ambiente, que al ser desfavorable (por ejemplo diabetes durante el embarazo, infecciones, ingesta de alcohol, fumar, etc.) predispone la presencia de estas malformaciones; por lo que si tenemos cuidados específicos antes y durante el embarazo, podemos tratar de mejorar el factor ambiental y por consiguiente disminuir el riesgo de tener un bebe con alguna malformación cardíaca; en ocasiones es más importante el factor hereditario que el factor ambiental y por más que mejore mi ambiente, no pudiendo cambiar la información que me heredan, de todas formas se presenta enfermedad.

El riesgo de recurrencia en un siguiente embarazo y para los hijos de una persona con antecedente de malformación cardiaca congénita, depende de la causa de dicha malformación; ya que no es lo mismo tener una malformación aislada, a tener una malformación cardiaca agregada a otro defecto o síndrome.
En el caso de malformaciones cardiacas congénitas debidas a una causa multifactorial, el riesgo de recurrencia en un siguiente embarazo, varía entre 1.5 y 14%, siendo el riesgo más alto, si el paciente es de género femenino y si hay más miembros de la familia afectados.
Las anomalías cardiacas estructurales y los problemas funcionales, se pueden detectar desde la semana 16 del embarazo e incluso antes, con lo que se pueden tener mejores cuidados durante y al momento de nacer, mejorando la esperanza y calidad de vida de los pacientes.
La interacción entre factores genéticos y ambientales, en pacientes con malformaciones cardiacas congénitas, es un tema de controversia y un campo de investigación muy amplio; esperando llegar a comprender mejor la etiología de estos padecimientos, comprender mejor el riesgo en la descendencia y finalmente poder prevenirlos….

En caso de tener familiares con algun problema hereditario o genetico, asi como malformaciones es de vital importancia acudir a asesoramiento genético.

ABLACTACION. CUANDO INICIAR LAS PAPILLAS EN NUESTROS HIJOS


Papillas ¿cuándo?
Una de las inquietudes más frecuentes de los  nuevos padres, es cuándo iniciarles papillas a sus bebés. Guiados  por la observación de que algunos pequeños parecen querer  probar los alimentos, las opiniones de amigos y familiares quienes ansían compartirle al lactante algunos nuevos sabores; muchos padres desean empezar pronto  con las probaditas en sus niños. Sin embargo, es necesario que el bebé tenga ciertas señales mínimas en su crecimiento y desarrollo para poder ofrecerle una alimentación segura.


Primero hay que saber que el intestino es un filtro y transformador de los alimentos para que estos puedan ingresar a  la sangre en forma óptima. Cuando el bebé esta dentro del vientre materno, no come; se nutre a través de la placenta y el cordón umbilical, por lo que no requiere filtrar nutrientes en su intestino. Al momento de nacer,  está listo para recibir el alimento que tiene las características idóneas para su asimilación sencilla, la leche materna. Poco a poco su  aparato digestivo madura preparándose para poder filtrar sin riesgos algunos otros alimentos. 
Cerca de los 3-4 meses de edad, su saliva se vuelve más espesa y abundante.  Empiezan a hacer “bombitas” y a salivar con mayor intensidad. Esta es una de las primeras señales de que comienza a producir ciertas sustancias que le facilitaran la digestión de algunos alimentos, evitando así que el tipo de partículas que los forman,  lo ponga en riesgo  de desarrollar alergias alimentarias. 


Un dato importante es que domine el control de su cuello para disminuir la posibilidad de atragantamiento durante la deglución de las papillas.  Cerca de los 4-5 meses se va perdiendo un reflejo de la lengua llamado “de protrusión”,  por el cual antes de esta edad,  el bebé al sentir un objeto duro en su boca tiende a empujarlo hacia afuera. 
El peso es otro punto a valorar. La leche es una fuente rica de calorías para el crecimiento de los niños y contrario a lo que algunos piensan, la ganancia de peso al introducir las papillas,  no aumenta sino que se frena.  De forma general, sugerimos no empezar con las papillas si el peso del menor es inferior a los 6kg.


Ahora que sabemos estas señales que nos dicen cuándo el  pequeño está preparándose para iniciar con una alimentación más variada, concluimos que no se puede generalizar una edad ideal para iniciar las probaditas, sino que el pediatra,  en  conocimiento de la evolución que cada niño va  teniendo, sugerirá el mejor momento para este primer  gran paso. Es    importante remarcar que no se debe  adelantar esta etapa que puede influir directamente en el subsecuente desarrollo y salud de nuestros hijos.